Cuando un bebé llega a este mundo antes de lo previsto, los mejores planes se alteran.
La tranquila, cálida y gozosa bienvenida esperada es reemplazada de golpe por una especie
incertidumbre.
¿Qué pasa con el bebé?
El primer contacto del bebé con el tacto humano conlleva dolor: agujas, tubos, luces
brillantes, siendo esas sensaciones sus primeros registros, dejando una huella. Todo ello
después de la cálida y tranquilizadora protección que ofrece la pancita
de mamá.
Los pequeños se ven obligados a permanecer largos períodos de tiempo hospitalizados
y muchas veces privados del contacto con sus padres debido a la gravedad de la prematuridad,
sedación y el aislamiento de la incubadora.
Todo esto provoca en el pequeño un rechazo a toda manipulación, por lo que,
a veces, nos encontramos a niños que, tras un período de gravedad, rechazan
cualquier contacto físico llorando cada vez que se les toca. Es muy importante para
ellos restablecer un equilibrio emocional entre el contacto físico a través de
las caricias, los toques y sensaciones placenteras como el sonido de la voz de sus padres,
o música que pueda estimular sus sentidos.
¿Qué les pasa a los papás?
También para los padres es una situación nueva, experimentan muchas sensaciones
como: negación, culpa, temor, ansiedad, tristeza, preocupación, no saben como
llegar a su bebé. Tendrán que aprender a leer llantos, miradas, risas, gestos y
cuanto más eficaz se sientan, estos papis, en interpretar su comportamiento, mayor
será la felicidad y relación con su bebé. El carácter de ese
vínculo influirá para toda la vida, repercutirá en los futuros
vínculos que ese niño, el día de mañana desarrollará.
Cada uno de nosotros tiene la capacidad para ser sensitivo, para hablar al espíritu.
Se requiere solamente un lugar tranquilo, amor, momentos de calma y permitir que nos visite
la intuición donde las palabras no son necesarias. Los bebés perciben y sienten
sin palabras. Nosotros debemos responderles con plenitud, agudeza y valorar sus respuestas.
Ofrecemos mucho cuando escuchamos con el corazón.
Lo más importante que pueden hacer los papis es ayudar al bebé a olvidar el miedo,
y el dolor, ayudándolo a que empiece a asociar el tacto con el placer.
¿Cómo lo pueden hacer?
A través del Masaje Infantil, una hermosa expresión de cuidado que contribuye a
la salud, tanto física como psicológica, no solo para el bebé sino
también para los padres.
Es una técnica sutil, tierna y agradable, que por medio de la estimulación
táctil nos permite comunicar de una forma intensa con el mundo corporal y emocional del
niño.
Es el arte de la comunicación a través de las miradas, las sonrisas, el contacto,
las palabras, el juego... que nos acercan a cada bebé o niño de una forma única.
En CONTENER te brindamos ese espacio tan especial, para que te reencuentres con tu bebé y
juntos puedan disfrutar de esa maravillosa nutrición afectiva a través del tacto y
comunicación.
CURSO DE MASAJE INFANTIL Y SENSIBILIZACION PARA MADRES, PADRES Y BEBÉS PREMATUROS
El Masaje Infantil nos permite disfrutar del contacto como un vínculo afectivo con el
niño. Creando un momento único y amoroso para quién lo da y lo recibe.
Se emplean las técnicas de Masaje Infantil avaladas por la Asociación Internacional
de Masaje Infantil IAIM USA - AAMI- Argentina.